martes, 23 de junio de 2015

LA GLORIA ES EL ESTADO FINAL DEL HOMBRE.

Nosotros te rogamos ¡oh CRISTO!. 
AVE MARÍA PURÍSIMA.

LA REVELACIÓN.
(Ignacio Rojas)

La historia Universal está formada por periodos predeterminados de tiempo cuyo final está íntimamente unido a la historia que lo precede.
El acontecer histórico tiene su origen y su final en DIOS, su plan se realiza sin dilación, por ello, la anticipación del futuro permite abrazar la historia en su totalidad: a la luz del futuro, el pasado puede ser interpretado como paso necesario para el cumplimiento total.

Después de la catástrofe final habrá salvación, no exclusivamente para Israel sino que será una salvación abierta a los gentiles. Ello significa que, dentro del mismo Israel, no todos experimentarán la liberación, sino solo los justos, y a estos se unirán las personas virtuosas de los pueblos gentiles. La salvación final de los justos apunta a la doble creencia en la resurrección y en la inmortalidad.

El tránsito de la perdición a la salvación culmina con la llegada del trono de DIOS que elimina los tronos de la tierra. Se trata de la visibilidad del reinado de DIOS. Ello supone la división del tiempo en eones o periodos de tiempo de larga duración. Para los apocalípticos, la humanidad vive en dos eones. 

-El eón actual o presente está marcado por la transitoriedad, y en él habitan la injusticia, la impiedad y el pecado; de él tenemos experiencia sensible cotidianamente. 

-El eón futuro, en cambio, será totalmente nuevo, con él llegará la ruina del presente y traerá consigo la paz, la alegría, la comunión con DIOS y la participación de los justos en su reinado. Lo cual no quiere decir que dicho reinado de DIOS no se encuentra ya activo en el eón actual, pero de manera escondida.
En el centro de esta visión dualista se encuentra la lucha cósmica entre DIOS y el mal, personificado este último en la figura de Satanás o Belial. DIOS vencerá la potencia del mal y creará un mundo nuevo para los justos.
Pero ¿qué lugar ocupa el hombre en el universo simbólico apocalíptico?. El hombre ha de decidir entre los dos eones en presente y el futuro, con lo cual puede ganar o perder su futuro. Su misión es responder, posicionarse positivamente ante las circunstancias que va encontrando en la historia ya que el presente es el momento histórico para elegir entre uno de los eones.

Habrá un mediador con funciones reales que trae la redención final.

La <<gloria>> es el estado final del hombre. Cuando esta llegue se desvanecerán las estructuras sociales y políticas  pues una nueva realidad fundirá la esfera terrestre y la celeste.
En líneas generales, podemos afirmar que el universo simbólico de la apocalíptica se nutre de contenidos que presentan una resistencia activa a todo lo que impide la visión del proyecto de DIOS en la historia presente; se trata de un combate destinado a estimular a quien vive en situación de opresión. El mensaje de los apocalípticos sostiene que las situaciones son superables, aunque el eón presente, dominado por los "malvados", no ofrece una visión muy esperanzada e impide ver con claridad el eón futuro que ya está actuando.

La respuesta se hace urgente, la humanidad está llamada a salir de sí; ha de romper su cohabitación con los viciados mecanismos opresores y acoger con vitalidad su presente, esperando con ansia la intervención definitiva de DIOS. El presente es relativizado y contemplado como parte de una historia más amplia, por ello, el hombre apocalíptico mira al futuro, al nuevo eón.

Así pues, la apocalítica tiene como misión <<abrir los ojos>> de las personas, <<gritar a las ovejas>>, hacerlas conscientes de la opresión en que se encuentran, incentivarlas para que no acojan pasivamente cuanto acontece como si de un ineludible destino se tratara; pretende provocar a las gentes para que se impliquen en un cambio radical de las estructuras, animadas por el futuro que se acerca imparable.

http://eltiempodelafe.blogspot.com